Una nueva generación...


Los jóvenes que hoy nos encontramos conduciendo los destinos de la Juventud Radical de Gral. Pico, hemos sido concientes desde un comienzo de la función y rol que debíamos cumplir dentro de nuestro centenario partido y ante la sociedad. Hemos puesto nuestro mayor esfuerzo diariamente para revitalizar las filas partidarias, desempolvando ideologías, retornando a la militancia con una fuerte impronta de mística, con profunda convicción y ejemplar conducta. Sabiendo que el camino de transformación de las sociedades se da en base a las construcciones colectivas.
En tiempos donde la sociedad reclama a las estructuras partidarias renovación y donde los jóvenes comienzan a retomar las sendas de la política como única herramienta de transformación social, desde la Juventud Radical redoblamos los esfuerzos en pos de la transformación y acabar con la disociación existente entre representantes y representados.
Contamos con una visión generacional de los cambios que se deben producir en nuestra ciudad y en la sociedad en su conjunto. Somos concientes del gran déficit que atraviesa hoy en día la ciudadanía de Gral Pico y nuestro trabajo está y estará enfocado a convertirnos en los actores que produzcan las transformaciones necesarias, revirtiendo la situación, doblándole el codo al conformismo y al estancamiento.
Somos parte de una generación que ve con anhelo la posibilidad de desarrollarse y prosperar, pero para ello debemos utilizar dos grandes instrumentos olvidados por los gobernantes que hoy en día conducen nuestro presente: educación y trabajo. Hay una generación que se ha visto alejada del ámbito educativo formal por las negligencias de los que hoy se hacen llamar “progresistas” y en los ´90 aplaudían fervorosamente políticas conservadoras de puño neoliberal como la Ley Federal de Educación. Son a esos jóvenes arrastrados a la nada, a los que les debemos dar una solución, es por ello que exigimos una fuerte implementación de educación informal. Se debe tener la obligación moral de darle la posibilidad de formarse en oficios a nuestros jóvenes, que cuenten con la posibilidad de buscar y encontrar un trabajo que dignifique su futuro. Es por ello que decimos que el trabajo es el otro gran instrumento que facilitará una mejor sociedad. El polo industrial que años atrás veíamos en nuestra ciudad se convirtió en depósitos vacíos y el crecimiento de la “gran fábrica sin humo” que es la estructura estatal ha sido el resultado. Producción y desarrollo son dos conceptos que se han olvidado por esta zona, pero no por ello debemos dejar de anhelarlos. Las políticas que se han implementado han llevado al conformismo o la falta de proyección, ya que hoy en más fácil conseguir un Plan Social que ver factible un trabajo genuino; es más fácil recibir una casa del IPAV, aunque tengamos que esperar muchos años, tener muchos hijos y que estas terminen siendo de pésima calidad, que soñar con una casa propia fruto del trabajo de nuestras manos; es más fácil regular el estacionamiento medido de nuestro centro con un fin recaudatorio, que hacerse cargo de la grave crisis en el tránsito de nuestra ciudad que cobra numerosas víctimas todos los años; es más fácil que los vecinos pongan rejas en sus casas debido a la inseguridad a la propiedad privada que reina diariamente, que luchar mediante fuertes políticas de contención social.
Ante la realidad que atravesamos, estamos preparados para trabajar, convencidos de la importancia de producir profundos cambios que lleven a que nuestros vecinos se conviertan de “inválidos sociales” en “ciudadanos plenos”, somos una nueva generación que se planta para dar pelea.
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